Pierre-Emerick Aubameyang ha sido el jugador franquicia de los 'Gunners' en los últimos años. Por eso cuando le renovaron en el verano de 2020 le convirtieron en uno de los futbolistas mejores pagados de la competición. Más de 350.000 euros semanales estaba cobrando el gabonés en Londres antes de marcharse a la plantilla del Barcelona.

Normal si se tiene en cuenta que fue pieza clave para conquistar la FA Cup de 2020 y meter al equipo en Europa. Pero su rendimiento goleador pegó un bajón tras ese verano. Registró apenas 15 goles la temporada pasada, su cifra más baja desde que llegó al Arsenal procedente del Borussia Dortmund.

Problemas con Arteta

Además, la campaña pasada comenzaron sus problemas fuera de los terrenos de juego. Auba llegó tarde al derbi del norte de Londres contra el Tottenham Hotspur por meterse en un atasco y Mikel Arteta le apartó de la convocatoria. El castigo no duró mucho y al siguiente encuentro ya estaba listo.

Pero la situación se repitió esta temporada. Aubameyang se retrasó tras un viaje personal para visitar a su madre y rompió con ello los protocolos covid. Esta vez la sanción fue más fuerte. No ha vuelto a jugar desde principios de diciembre. No ha entrado ni en una convocatoria ni ha viajado a Dubai con el resto de sus compañeros para entrenar durante este parón invernal.

El Arsenal le abrió la puerta de salida, con el objetivo de quitarse un problema y de ahorrarse unos 15 millones de euros en su salario.

Demasiada fiesta

Para empeorarlo todo aún más, sus desavenencias continuaron con la selección de Gabón. Se marchó para disputar la Copa África y dio positivo nada más llegar a Camerún. Había estado de fiesta en Dubai justo antes de viajar a Camerún y unirse a sus compañeros de la selección.

Apenas jugó un partido y fue mandado de vuelta a Londres. Se rumoreó un problema cardíaco, pero la prensa africana destapó las fiestas de Aubameyang y el hartazgo en la federación gabonesa.

El Barcelona ficha a un delantero que en su mejor momento era de lo más excepcional de Europa, pero que, a sus 32 años, viene cargado de problemas extradeportivos. ¿Funcionará en el Camp Nou?