Tienes a la segunda plantilla más valorada del fútbol mundial con una estimación de 909,5 millones de euros, cuentas con el vigente Balón de Oro, con el jugador más codiciado del mundo y con el que más portadas acapara. Por si fuese poco tienes en tu plantilla a un cuatro veces campeón de la Champions, a varios campeones del mundo y hasta un reciente campeón de la Eurocopa. Te han dado un Ferrari y parece que lo manejas con miedo a pisar el acelerador.

Esa debe ser la sensación que tiene actualmente Nasser Al-Khelaifi con Mauricio Pochettino. El qatarí más famoso del fútbol europeo entregó las llaves de un cochazo al técnico y no pocos son los que califican su temporada de fracaso. El Paris Saint Germain fue eliminado en Copa francesa por el Niza y la temporada pasada perdió la Ligue 1 contra el Lille. Sendos tropiezos señalan al técnico argentino, quien llegó en invierno de 2020 y parece que tendrá difícil continuar más allá de este próximo verano con un fútbol que no entusiasma a nadie.

Pochettino quizá tendrá la suerte de no ser despedido a mitad de temporada como sí le ocurrió a un Thomas Tuchel, que consiguió ese mismo año hacer campeón de Europa al Chelsea. Al-Khelaifi volverá a su clásico comportamiento de empujar a la calle a sus entrenadores en verano como ya hizo en su momento con Unai Emery, Laurent Blanc o Carlo Ancelotti en una jugada telegrafiada que muy probablemente terminará con la contratación de Zinedine Zidane como nuevo técnico.

El argentino sabe que se lo juega todo a la bala de la Champions League y que ese será su principal argumento siempre y cuando la consiga ganar. Lo cierto es que Pochettino cuenta con una plantilla de máximo nivel para acometer el reto, pero al mismo tiempo sabe que su primer obstáculo visible -el Real Madrid- podría terminar por sentenciarle para el resto de la temporada.

Los títulos no salvaron del despido a un Carletto que cuando se peleó con Leonardo -el director deportivo- dejaron entrever que no estaba al nivel que querían. Blanc ganó Ligas, pero su límite fue ese siendo fulminado en 2016. El jeque pensó entonces en un ganador de títulos europeos como Unai Emery para encauzar su proyecto viviendo otro fracaso tras dos temporadas sin ganar lejos de Francia. Pochettino vislumbra una situación similar tras no haber conseguido imponer su idea de juego dinámica del Tottenham y dar la imagen de proyecto agotado. Ahora la bala de la Champions es la única que le puede rescatar de un despido anticipado.