Este tercer choque era un partido clave, el que desequilibraba la balanza. Para los Warriors suponía ponerse por delante en las Finales por primera vez, recuperar la ventaja de campo y dar un puñetazo en la mesa en el mismísimo TD Garden. Para Boston confirmar esa victoria en San Francisco que les permitiría jugarse el anillo en casa, volver a demostrar que son un equipo en mayúsculas y presentar de verdad su candidatura al título 1.4.

Y serían los Celtics quienes captarían mejor ese mensaje. Bajo el embrujo de un TD Garden a rebosar, con un público encendido que hacía 12 años que no vivía un partido así, Boston salió nuevamente como una moto. Especialmente un J. Brown que se iría a los 17 puntos en el primer cuarto, para que su equipo acabara con un prometedor 33-22.

En el segundo cuarto, la cosa iría empeorando aún más para unos Warriors en los que solo respondían Curry y K. Thompson. Las distancias se disparaban hasta casi los 20 puntos y el partido parecía romperse. Pero un empujoncito de Golden State dejaría el marcador vivo para la segunda parte: 68-56 al descanso.

Desplome habitual de Boston en el tercer cuarto

Pero como manda la tradición en estos playoffs, los Celtics iban a salir desconectados de los vestuarios, de traca lo suyo. El peor equipo de todos en ese tercer cuarto que parece maldito para ellos. Los Warriors lo iban a aprovechar para llegar incluso a ponerse por delante, partido nuevo.

Pero todo lo que perdona Boston en el tercer cuarto, parece compensarlo en el último, como ocurriera en el primer partido de estas finales. Los Celtics volverían a mostrarse intratables, tanto en defensa (tremendo el trabajo de ese trío Horford-R. Williams-Smart) como en ataque. Los "Jays" se iban a combinar para anotar 53 puntos entre ambos, con mención especial para un Tatum que cada vez está más cerca de ser el MVP de estas Finales 2.1.

Victoria para los Celtics gracias a su gran defensa que dejaría a los Warriors en el último cuarto en solo 11 puntos, nada que ver con la imagen del segundo choque, su dominio en el rebote y el acierto en ataque en los momentos clave. El contundente 116-100 final deja contra las cuerdas a unos Warriors que acabaron con Curry tocado y con un enorme desafío para el cuarto partido. Se ha convertido en una auténtica final para seguir peleando por el anillo 2.75.