La Francia construida por el seleccionador galo actual ganó el Mundial con un Mbappé imberbe y la posterior Nations League con una generación campeona a la que añadió a Benzema. Muy bien. Dos títulos de los últimos tres, porque anteriormente había sucumbido con estrépito en la Euro cuando era el principal favorito.

Ahora, en un momento de dudas y con Qatar 2022 a la vuelta de la esquina, los franceses están en serios aprietos para continuar con vida en la nueva edición de la Nations. Un grupo con Croacia, Austria y Dinamarca se le ha atragantado tanto que un tropiezo, otro, ante Croacia en casa podría dejarle casi fuera a las primeras de cambio. (gana Francia se paga 1.52 a 1).

Ante este panorama muchos pensarán que tampoco es un asunto grave y que lo importante llega a final de año en el Mundial. De acuerdo. Pero para acudir a Qatar a pleno rendimiento es fundamental que en estos duelos se vea algo de lo que entonces se producirá, justo lo que no está ocurriendo. Francia es el mismo equipo plomizo de siempre, ese que vive de la fantasía de Benzema y de la pegada de Mbappé. En cuanto ha prescindido de alguno, o de los dos, ha hecho aguas (marcan ambos equipos NO se paga 1.78 a 1).

Esta vez recibe a Croacia en París en un duelo que es reedición de la última final mundialista y que puede poner a los galos en su sitio. Recupera Deschamps precisamente a Mbappé, el salvador de la patria, y eso cambia por completo el panorama ante un partido de tal exigencia en casa. Eso sí, no hay más balas en la recámara. Otro pinchazo puede suponer la eliminación (1-0 en la primera parte en cualquier momento se paga 1.78 a 1).

Croacia ya le arañó un empate a Francia hace unos días en Zagreb. Y pudo ser más. Los croatas se han sabido reconstruir bien. Sigue Modric a un nivel excelso en el centro del campo y lo demás, sin ser aquel equipazo que llegó a la final de Rusia 2018, da como para complicar la vida a la campeona del mundo. En esa diatriba se encuentran los de Deschamps: ser la Francia que asusta al mundo o la que atraviesa cada vez más problemas. Un punto de inflexión fundamental.