Suena surrealista si tenemos en cuenta que a comienzos de esta temporada había dudas sobre si seguiría compitiendo, pero estamos en julio y Nick Kyrgios va a disputar su primera final de Grand Slam.

Un viaje de locos

"Menudo viaje ha sido este", admitió el australiano, que se dio a conocer al mundo hace ocho años cuando alcanzó sus primeros cuartos de final aquí en Wimbledon al derrotar a Rafael Nadal en octavos. Aquel golpe sobre la mesa pareció el punto de partida de una carrera meteórica, para un tenista que durante su época júnior fue de los mejores del mundo y llegó a ganar el Open de Australia.

Sin embargo, en este lapso de ocho años, Kyrgios solo volvió a meterse entre los ocho mejores de un Grande en una ocasión, en Australia 2015. Su rendimiento había bajado paulatinamente y para marzo de este año estaba fuera de los 130 mejores del mundo.

Tenista controvertido

Su odio a la tierra batida, su decisión de jugar pocos torneos y su única ilusión del pasto, le convertían en un tenista muy irregular, al que luego hay que sumar además sus escándalos fuera de la pista. Ha sido descalificado por estrellar una silla contra el suelo de Roma, ha insultado a Stan Wawrinka en mitad de un partido, se dejó ganar en Shanghai y la más reciente es que Stefanos Tsitsipas le tachó de "abusón".

Su currículum está lleno de escándalos, pero lo ha dejado todo a un lado para mostrar su versión más seria y meterse por primera vez en semifinales de un 'major'; y, tras la baja de Rafael Nadal por lesión, por primera vez en una final de un Grand Slam.

Un viaje increíble para el de Canberra, que ya ganó este año en dobles en Australia, junto a Thanasi Kokkinakis y que está a un partido de la victoria más importante de su carrera deportiva. Esta cotiza a cuota 4.0 en el mercado de Betfair, dífícil, pero no imposible para el bueno de Nick.

Kyrgios ganará Wimbledon a 4.0