Con la marcha de Roger Federer, el tenis pierde a uno de sus mayores iconos de los últimos 20 años. El suizo ha estado en lo más alto desde prácticamente el comienzo de siglo y eso le ha valido para crear una leyenda a su alrededor y un magnetismo para los patrocinios casi sin parangón.

Una vez fuera de los torneos profesionales, a los que pondrá fin el próximo fin de semana en la Laver Cup, Federer ha dejado la puerta abierta a seguir jugando exhibiciones. No es nuevo esto para el helvético, que a lo largo de los años ha expandido su marca en Asia, Sudamérica, África y prácticamente todos los rincones del mundo. Ver al suizo el acción seguirá siendo posible, aunque ya no de manera profesional ni en los Grand Slams.

Las marcas, su negocio multimillonario

Después está su faceta como empresario. La propia Laver Cup es invención suya junto a su agencia de representación: TEAM8. Seguirá regentando este torneo y seguirá unido a las marcas que le apoyan desde hace años. Firmas que han puesto muchos millones en su bolsillo.

La principal es Uniqlo, que le aporta 30 millones de euros anuales por vestirle. Luego está Rolex, que le da ocho, Mercedes, que le da cinco, Credit Suisse, que le da dos, Moet & Chandon, que le aporta otros ocho.... Y la lista no acaba aquí, puesto que Barilla, Netjets, Sunrise y Wilson son otros de los patrocinadores del maestro de Basilea.

Esto explica el inmenso capital del tenista, que, según Forbes, ha amasado más de 1.000 millones de euros a lo largo de su carrera. Los premios de los torneos son una mínima parte de ello, apenas superan el 10 % y eso que hablamos del tercer tenista en la historia, tras Nadal y Djokovic, que más ha ganado en premios.