Las mayores goleadas en la historia de los Mundiales
Repasamos los resultados más abultados en el torneo de selecciones más seguido y prestigioso del planeta.
España debutó de manera inmejorable en el Mundial de Qatar. Victoria 7-0 ante Costa Rica y candidatura presentada para ganar el torneo. Los de Luis Enrique hicieron gala del mejor fútbol visto hasta el momento y metieron miedo a todos sus rivales. La pregunta es: ¿Es esta la mayor goleada en la historia de los Mundiales?
La respuesta es negativa. Y es que se han dado otros resultados aún más abultados. Eso sí, es el récord en la historia de la selección española. Nunca antes 'La Roja' había conseguido una goleada de este calibre. Y es un mérito que parece complicado de superar.
Hungría y Yugoslavia
1954 fue el año de las goleadas. Y es que Hungría también arrasó a Corea del Sur con un 9-0 que solo volvería a verse en 1974, cuando Yugoslavia hizo lo propio con Zaire. Resultados de ensueño a los que la España de Luis Enrique se ha acercado en Qatar.
En 2002 también hubo otro resultado de escándalo, aquella vez un 8-0. Fue de Alemania a Arabia Saudí, protagonista estos días por la victoria por 2-1 ante Argentina. Uruguay a Bolivia en 1950 y Suecia a Cuba en 1938 también lograron ese idéntico resultado.
En 2010, nuestros vecinos portugueses también consiguieron siete goles. Es cierto que después fue España la que tocó el cielo en Sudáfrica, pero en la fase de grupos se dio un 7-0 de Portugal ante Corea del Norte. Curiosamente, los lusos no volvieron a marcar ni un solo tanto.
Para encontrar el siguiente resultado nos tenemos que ir hasta 1954. Aquella edición se disputó en Suiza y en aquel torneo se dieron dos 7-0. Uno de ellos fue el conseguido por Uruguay ante Escocia. El segundo, de Polonia ante Haití.
La mayor goleada fue en el Mundial de España 82
Pero todavía nos queda la mayor goleada de la historia. Fue en España 1982, el mundial de Naranjito, cuando Hungría aplastó a El Salvador con un resultado de 10-1. La nación centroamericana disputaba su segundo Mundial, pero el sueño se tornó en pesadilla.