Anthony Davis, la superestrella de la NBA que pasa más tiempo en la enfermería que en la pista
En las últimas dos temporadas, el pívot de los Lakers ha sido incapaz de jugar en el 50% de los partidos de su equipo.
La NBA es una de las competiciones más duras del mundo por su interminable calendario. 82 partidos en temporada regular que se puede ir hasta 100 en los Play-Offs hacen del campeonato norteamericano de baloncesto un ejercicio de resistencia y a veces de supervivencia.
Deni Avdija, Saddiq Bey, Mikal Bridges, Kevon Looney y Dwight Powell fueron los únicos jugadores de los 600 que participan en la liga que completaron todos los encuentros la pasada temporada.
De un tiempo a esta parte, la NBA vive un periodo conservador en temporada regular que es conocido como 'load-management', que busca preservar la salud de las estrellas. Este concepto evita que muchas de ellas no jueguen las jornadas conocidas como 'back to back' que son dos partidos en 48 horas.
La NBA, que está pensando formas para actuar con ello, ve con recelo estos planteamientos de sus franquicias cuando antes la tónica habitual era que los cracks jugasen los 82 partidos de la temporada. Michael Jordan disputó la totalidad de los partidos en nueve de sus 15 temporadas como profesional, incluida la última con los Washington Wizards a la edad de 40 años.
Esa situación sería ahora mismo impensable para cualquier estrella de la NBA y más para un Anthony Davis que muy probablemente jamás jugará en su carrera los 82 partidos en una temporada regular por mucho que se empeñe. A sus 29 años, Davis es el fiel reflejo de un All-Star de cristal de Bohemia.
Davis: datos que alarman
El pívot de los Lakers ha sido incapaz de alcanzar a disputar el 50% de los partidos de su equipo en las dos últimas temporadas regulares, mientras que en la presente se acaba de lesionar para un mes por la parte corta. Su reciente caída era la crónica de una lesión anunciada que hasta había sido objeto de mofas en la prensa angelina.
Pese a llevar a los Lakers al título en 2020 en la famosa burbuja post-pandemia, Davis no se ha ganado el respeto de una NBA que no le toma en serio por sus continuas bajas médicas. Muchos aseguran que al mínimo dolor o percance que siente le hacen retirarse de la cancha inmediatamente. Este año, sin ir más lejos, se fue a los ocho minutos de juego contra Cleveland por sentir que jugaba resfriado.
Lo más curioso de todo es que Davis jamás se ha visto sometido a una cirugía ni en los tobillos ni en las rodillas. Sus lesiones han sido esguinces, torceduras y desgarros, pero nunca la cosa ha pasado a quirófano siendo catalogado por muchos como la estrella de la NBA más 'soft' (blanda) de la década.
Un objetivo inasumible
Davis se marcó la temporada 2022/23 en rojo con el objetivo de intentar batir su récord de 75 partidos jugados en una temporada regular cuando militó en los New Orleans Pelicans y lo hizo en dos años consecutivos, la 2016/17 y la 2017/18. En esos momentos estuvo en la conversación por ser el MVP, algo que a día de hoy parece impensable.
El pívot se ha vuelto a lesionar y haciendo cálculos jugará esta campaña en el mejor de los casos 60 encuentros de temporada regular. "Es un pequeño percance para una reaparición más poderosa. Es lo que pienso y estoy esperando a mi número 1 para que me acompañe pronto", dijo LeBron tras conocer que estará sin Davis un mes.
El jugador posee uno de los contratos más lucrativos de la NBA con 38 millones esta temporada que se verán incrementados en las siguientes. El año pasado cada partido que disputó le salió a los Lakers por 950.000 dólares. En su mano y en salud está evitar ser recordado como uno de los peores fichajes de la historia de los amarillo y púrpura.