Necesita ganar a Eslovaquia o, si empata, esperar que no gane Polonia. Mejor aguardar lo primero. Cualquiera que hubiera pensado en esta situación antes del torneo sería catalogado de pesimista. Normal. Ha tenido problemas de todo tipo la Selección. Empezaron fuera del campo, pero poco a poco se trasladaron al césped. Falta veneno arriba.

Se generó mucho el primer día, pero no se acertó. Se creó menos el segundo, pero el gol de Morata fue insuficiente. El penalti fallado por Gerard Moreno fue el culmen a esta desgracia, un mazazo anímico del que habrá que reponerse rápido. Empezar ganando el partido es fundamental, un gol rápido con el que conseguir serenar los miedos y reforzar los ánimos (España gana al descanso y gana al final se paga 1.6 a 1).

De Eslovaquia se pueden decir muchas cosas y casi todas son positivas. Tiene un central descomunal como Skriniar, además de una organización fabulosa atrás. No es fácil hacerle goles, no lo fue para Suecia y mucho menos para Polonia que acabó sucumbiendo pese a la presencia de Lewandowski en su ataque. España deberá exprimirse al máximo, cuando en realidad lo que más le ha costado es hacer goles (menos de 2,5 goles se paga 2.25 a 1).

Es la Eurocopa, un torneo que no permite tres tropiezos seguidos y mucho menos ante selecciones de perfil medio. España lo sabe, o debería saberlo (España gana 2-0 se paga 5 a 1). Todo lo que no sea sacar un resultado favorable acabará como uno de los mayores bochornos de la historia de la Selección. Duro pero real.