La Eurocopa 2020, una de las más bonitas y emocionantes que se recuerdan, terminó cayendo del lado de Italia, tras una final carente de mucho juego, pero con emoción hasta el final y decidida en los penaltis delante de la hinchada inglesa. Analizamos las razones de por qué el título se fue a parar a Roma 53 años después de su primer título.

1. El bloque más sólido: El conjunto de Roberto Mancini tenía una idea clara y no la abandonó hasta el final. Tenían un plan y un estilo de juego. Y, sobre todo, un proyecto. La federación italiana confió en Mancini después del fracaso de no jugar el último Mundial y todo ha salido a las mil maravillas. Campeones tres años después. El método Mancini funcionó.

2. La suerte: Para ganar un torneo de este estilo también hay que tener suerte. Si no, no se pueden ganar dos tandas de penaltis seguidas. Los italianos batieron en las penas máximas a España e Inglaterra de forma consecutiva. Y no tiraron sus penaltis de forma perfecta. Fallaron, pero contaron con las paradas de Gianluigi Donnaruma y con la ayuda de la madera cuando más lo necesitaban.

3. El físico: Los italianos aguantaron tres prórrogas en los últimos cuatro encuentros de la competición. Se fueron hasta los 120 minutos contra Austria, España e Inglaterra. Y aguantaron siempre. La preparación física de los hombres de Mancini fue magnífica y con muchas variantes y apoyos en el banquillo. Ni siquiera la lesión de gravedad de Spinazzola les frenó.

4. Sus centrales: Bonucci y Chiellini han jugado más de 300 partidos juntos entre la Juventus y la selección italiana. Y se nota. Secaron prácticamente a todos los equipos y siempre dieron una seguridad atrás que espantaba a los delanteros rivales. Piezas clave para que Italia sea campeona. Ídolos.

5. Porque es Italia: En el torneo más loco de todos, era de justicia que los que acabaran reinando fueran los italianos. Quien pudiera esperar una victoria sorpresa estaba equivocado. Al final, siempre gana Italia.