Es tan tradicionalista el fútbol europeo que cuesta incluir un duelo entre nuevos ricos en la élite del continente. Hay quien considera más importante un Celtic-Ferencvaros, que también se juega hoy en la Europa League, que el PSG-Leipzig de Champions. Pero la realidad es la que es, y el momento actual de los conjuntos no engaña a nadie. Pese a no ser campeones de sus respectivos países, tanto PSG como Leipzig han levantado imperios a base de millones que ya les permiten codearse con lo más granado de Europa (gana el PSG se paga 1.5 a 1).

Esos mismos que claman contra la evolución empresarial de este deporte se quedan fascinados ante la capacidad de poder reunir a grandísimos jugadores en entidades que no son tal. Messi en París, junto a Neymar y Mbappé, es el sueño faraónico de Qatar y su Emir. Lo ha conseguido a base de invertir, aunque eso no le haya asegurado éxitos continentales. Un problema repetido, las lesiones de Neymar, volverán a hacerle perderse un duelo tan importante como este (Messi primer goleador se paga 3.4 a 1).

El caso del Leipzig es parecido, aunque sin tanto desfalco económico de por medio. Una empresa multimillonaria como Red Bull levantó un imperio futbolístico allá donde no lo había, en una ciudad grande pero sin un club importante, y ha logrado hacerle cosquillas al Bayern en la Bundesliga y alcanzar incluso unas semifinales de la Champions hace un par de temporadas. Ya no está Nagelsmann y también se fueron jugadores importantes (Upamecano, Konaté...). Aún así, el equipo más odiado de Alemania es capaz de poner en apuros al más odiado de Francia. Así de despectivo suena este partido de nueva terminología (Simakan ve la amarilla se paga 2.8 a 1).