Se retira Carmelo Anthony, el anotador intrascendente de la NBA
El alero se marcha tras 19 temporadas como profesional en la NBA, siendo unas finales de Conferencia su mejor resultado deportivo.
Con Carmelo Anthony no hay punto medio. O le amas o le menosprecias. El alero siempre fue un jugador muy especial para todo el mundo por un talento ofensivo único, pero la NBA le alcanzó y le dejó atrás como si de un juguete roto y viejo se tratase tras haber sido una de las estrellas indiscutibles del nuevo siglo.
'Caramelo' fue ídolo en Denver y en Nueva York, franquicias donde jugó la mayor parte de su carrera, pero que no consiguió llegar muy lejos en la postemporada. El alero parecía tenerlo todo a favor tras haber construido en los Nuggets un equipo a su alrededor que fue madurando con el tiempo y obteniendo resultado hasta alcanzar las finales de la Conferencia Oeste en 2009.
Los Nuggets compitieron de tú a tú con unos Lakers contra los que perdieron por 4-2, en el que sería el primer anillo de la pareja Bryant-Gasol. El alero, pese a alcanzar cotas históricas con el equipo de las montañas rocosas, no valoraba lo que tenía... y eso que contaba con un quinteto espectacular con Chauncey Billups, JR Smith, Kenyon Martin y Nene Hilario.
Carmelo empezó a sondear la idea de irse a un mercado más grande y es en ese punto cuando surgió la opción de irse a los New York Knicks. El equipo de la 'Gran Manzana', tradicionalmente un caos en los despachos, hipotecó gran parte de su futuro para traerse a un jugador que fue una decepción a toda luces, consiguiendo ganar apenas una ronda de Play-Offs en toda su andadura que se prolongó durante siete años.
Problemas de convivencia
Como ya le había pasado en Denver Nuggets -donde no consiguió cuajar junto a Allen Iverson-, en Nueva York tampoco fue capaz de encontrar la química con otro All-Star como Amare Stoudamire. Sus números siempre oscilaban en torno a los 25 puntos por noche, pero a la hora de la verdad Carmelo no conseguía marcar diferencias en una NBA que fue cambiando en su estancia en la Gran Manzana.
La irrupción de los increíbles Warriors de Curry hicieron que la NBA dejase a un lado el tiro de media distancia -suerte en la que Carmelo era el mejor- para ir en busca del triple. De la noche a la mañana, Melo se quedó desactualizado y, lo peor de todo, con un cartel de perdedor que pesaba temporada tras temporada.
Su salida de los Knicks trajo consigo la pérdida de su cartel de jugador franquicia. Pasó por los Thunder, los Rockets, los Blazers y hasta por los Lakers de su amigo LeBron en busca de un anillo que le fue esquivo en todo momento. Eso sí, Carmelo nunca bajó en todos esos años de los 13 puntos por partido pese a tener un rol de banquillo, demostrando que es uno de los mejores anotadores de todos los tiempos.
Alegrías con Estados Unidos
El alero se retira como el noveno que más puntos ha anotado en la historia de la NBA, pero con un dato demoledor al ser el único de ese top-10 que nunca ha jugado ni siquiera unas finales de la NBA. Carmelo fue interpretado como una primera espada de la NBA, cuando quizá era una segunda, y ese quizá fue su peor enemigo.
Cuando no tuvo que ser el hombre al que todo los focos miraban brilló con luz propia con la selección de Estados Unidos, con la que ganó tres oros olímpicos. En ella consiguió una de las hazañas más salvajes de su carrera en los Juegos Olímpicos de 2012: logró 37 puntos en 14 minutos con un 10 de 12 en triples frente a Nigeria.
En aquel equipo -en el que estaban también Kobe, Durant o LeBron-, Carmelo hizo auténticas exhibiciones y demostró la percepción que todo el mundo tenía de él como líder. El alero está en el selecto club de los jugadores que han anotado 60 puntos o más en un partido de la NBA. logrando 62 con los Knicks en 2013 y estableciendo el récord de la franquicia. Se marcha un anotador único e irrepetible de las canchas, el 'pichichi' intrascendente.