España está en semifinales. No intenten entender a esta selección porque es imposible. Parecía que estaba muerta tras las dos primeras jornadas... y resucitó. Octavos y cuartos ya son historia después de dos prórrogas y una tanda de penaltis, pero antes de pensar en las semifinales vamos a repasar lo mejor y lo peor de la eliminatoria ante Suiza.

Lo mejor: Unai Simón, la resiliencia y de nuevo el grupo

Si lo de España es inexplicable lo de Unai Simón más. Ha pasado de cometer el error de la Eurocopa ante Croacia a ser el héroe absoluto con una tanda de penaltis memorable. Sus compañeros no dudaron en ir a celebrar con él la victoria, y es que sabían que era el principal artífice. 

La Roja había llegado a la tanda de penaltis no del todo bien. Las habían tenido de todos los colores y no fueron capaces de marcar ante una Suiza con uno menos. Después, en la lotería, tampoco empezaron bien y fueron por detrás hasta en dos ocasiones. Sin embargo, supieron adaptarse y sufrir. Este equipo se ha doctorado y ahora puede pasar cualquier cosa.

Los dos párrafos anteriores se resumen en un tercero muy simple: equipo. Un grupo que ha hecho de la unión su mayor virtud tras recibir palos y críticas de toda índole. Será difícil, pero tienen la oportunidad de ganar un torneo que ya es todo un éxito.

Lo peor: El cansancio y la falta de gol

Lo de los problemas de cara a puerta no es nuevo. Es el debe de la selección durante toda la Eurocopa y, frente a Suiza, el caos se acrecentó en torno a una delantera que lo intentó de todas las maneras, pero fue imposible. Morata, Gerard Moreno, Dani Olmo... muchos fueron los que buscaron la portería de Sommer, que se vistió de dios para ser el mejor del partido.

Además de la falta de puntería, lo peor para España fue el cansancio acumulado. Son dos prórrogas seguidas y se jugarán el pase a la final con muchos minutos en las piernas. Y eso sin contar la fatiga mental y el estrés de haber estado al precipicio en más de una ocasión.