Tragicómica. Así se puede definir la última jugada que protagonizaron Doncic e Irving ante los Timberwolves. Después de remontar un déficit de 26 puntos en la segunda parte, Dallas llegó a los últimos quince segundos solo tres abajo y con posesión.

Theo Pinson puso el balón en juego desde un costado, pero su pase estuvo a punto de ser interceptado por un defensor de Minnesota. Doncic fue capaz de recuperar la posesión en campo propio y se la entregó a Irving, éste amagó un triple y se la devolvió al esloveno, que estuvo a punto de tropezar, pero pudo entregar de nuevo el esférico al ex de los Nets.

Kyrie amagó otro tiro de tres y un pase a Luka, se quedó sin bote y la intentó meter en la pintura para Pinson, pero terminó perdiendo el esférico y también el partido por 121-124.

"Va a ser divertido jugar con él", decía entre risas Doncic antes de volver de su lesión. Veremos cuando se cumple.

Buenos números, malos resultados

En el primer partido que coincidieron, Doncic firmó 27 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias, unas cifras por debajo de su media. Ante Minnesota alcanzó los 33 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias, números mucho más acordes al esloveno.

Por su parte, Irving mejoró sus prestaciones con la vuelta de Luka. En sus dos primeros encuentros sumó 24 y 25 puntos, mientras que en los dos últimos ha elevado esa estadística hasta 28 y 36. También progresó a la hora de capturar rebotes: 7 sin el jugador europeo y 12 con él.

No obstante, lo que importa es el resultado final y ahí aparecen algunos sudores fríos. Los Mavericks cayeron el pasado sábado en la prórroga ante los Sacramento Kings (133-128) y, como dijimos antes, también acabó en derrota el duelo ante los Wolves.

Las pérdidas de balón como asignatura pendiente

Evidentemente, Irving y Doncic amasan buena parte de la posesión de su equipo y tienden más a caer en este saco roto. El exjugador del Real Madrid es el tercero de toda la NBA que más posesiones regala: 3,7 por partido, solo detrás de Trae Young y Giannis Antetokoumpo. Por su parte, el díscolo base nacido en Melbourne aparece más abajo en la lista: 2,3 cada encuentro.

Haciendo la suma nos saldrá un total de 6 balones perdidos cada noche entre los dos. No obstante, Dallas es la segunda mejor franquicia en este aspecto, pues solo extravían 12,4 posesiones por partido.

Si Jason Kidd es capaz de arreglar este desajuste en el juego de ambos, podríamos estar hablando de una de las parejas más letales de la liga, al estilo de Jaylen Brown y Jason Tatum o Jalen Brunson y Julius Randle.

¿Por qué Irving es el complemento perfecto para Doncic?

Luka es, si no el mejor, uno de los bases más talentosos en la NBA y su visión de juego es inigualable. Con la gran inteligencia que tiene Kyrie para desplazarse sin balón y encontrar un hueco, Doncic puede convertirse en el socio perfecto.

Aquí puede intervenir el caracter de cada uno. Bueno, en realidad, solo el de Irving. Su retahíla de polémicas a lo largo de su carrera parece no tener fin y nadie asegura que en Dallas vaya a cambiar. Se fue de Brooklyn porque admitió no sentirse valorado, pero lo cierto es que en los Mavericks tampoco será la primera espada.

Dallas, al borde de caer fuera de playoffs

La Conferencia Oeste es un pañuelo. De los Phoenix Suns, que son cuartos con un récord de 31-27, a Los Ángeles Lakers, decimoterceros, solo hay cinco partidos de diferencia. Una mala racha te hunde, pero una buena te eleva a lo más alto.

El equipo tejano está quinto con un balance de 31-28, igualado con Los Angeles Clippers y medio partido de ventaja sobre los New Orleans Pelicans, que ocupan plaza de Play-in.

Ahora, Doncic e Irving tendrán que un examen muy interesante. Viajan a Denver para enfrentarse a los Nuggets del principal candidato a MVP, Nikola Jokic. Será la antesala de seis partidos consecutivos en el American Airlines Center tras el All-Star: Spurs, Lakers, Pacers, Sixers, Suns y Jazz.