La NBA tiene un problema que se llama All Star Game. Reunir a los 24 mejores jugadores de la liga no es suficiente atractivo para un público que espera partidos competidos, ni siquiera pedimos épicos. El domingo de las estrellas se ha convertido en una pantomima y la reflexión del entrenador Mike Malone ha sido aplaudida por todo el mundo.

"Ha sido el peor partido que he visto en mi vida", dijo el entrenador de los Denver Nuggets e invitado como técnico a la celebración. Decimos celebración porque el All Star hasta hace unos años había sido una celebración del baloncesto, juntando a los mejores de la NBA para que compitiesen por el honor de ganar.

Hoy ya no queda ni honor ni orgullo. Se creyó hace seis años -cuando se fulminó el formato Conferencia Este contra Oeste- que la competitividad regresaría si los propios jugadores hacían sus equipos en un sorteo con capitanes. Ese experimento se ha demostrado como fallido para unos espectadores que cada vez están menos interesados.

Por si fuera poco, hasta la NBA registró dificultades para llenar el pabellón de Salt Lake City porque la competición ya no atrae como antaño. El principal problema reside en unos protagonistas que no se implican y que parecen necesitar una especie de incentivo para tomarse en serio una cita donde hasta las estadísticas han perdido valor por lo abultado de los marcadores, en consecuencia con la ausencia de defensas.

Viendo la situación así de complicada, la NBA se va a sentar en las próximas semanas a analizar este desastre y tomar medidas. Ya cambiaron los formatos de los concursos y los partidos de jóvenes promesas, consiguiendo un contenido bastante más atractivo que el propio partido del domingo en muchas ocasiones. Estas son las soluciones:

1) VOLVER AL ESTE-OESTE Y DAR UN PREMIO EN PLAY-OFFS AL GANADOR

La NBA contempla podría regresar a su formato más tradicional y premiar al equipo ganador del All-Star con el factor cancha en las finales, independientemente de los récords de las franquicias a final de temporada.

Esta drástica solución convertiría el partido en lo que muchos aficionados quieren: una guerra en toda regla.

2) EEUU CONTRA EL RESTO DEL MUNDO

Igual que sucede entre los jóvenes, hacer un duelo que mida a los estadounidenses contra el resto del mundo puede tener un enorme atractivo para el público. Además huele a que tanto un bando como otro no querrían perder ni por asomo, devolviendo la competitividad al partido de las estrellas.

El principal problema es encontrar un equilibrio de 12 y 12 para cada conjunto.

3) UNA COPA DEL REY ESTILO NBA

Adam Silver, comisionado de la NBA, está muy pendiente de las competiciones extranjeras y del enorme éxito que tienen. La Copa del Rey española, con ocho franquicias en una misma ciudad, podría darle a la NBA un torneo a vida o muerte con mucho atractivo a mitad de temporada premiando así a los clubes que mejor récord lleven en ese momento.

El pero es que el concepto All Star se pierde.

4) CONCURSO DE UNOS CONTRA UNOS

Los jugadores pueden verse seducidos por la corona de quién es el mejor jugador del planeta si se organizan el All-Star a modo concurso de uno contra uno en eliminatorias directas. También se había sopesado hacerlo en un 3×3, viendo el éxito de este formato en los Juegos Olímpicos y que también tiene con la liga de veteranos del Big3.

La NBA está trabajando para encontrar una solución a un problema que comenzó en la década de los 2000 y que actualmente se ha extendido como una plaga. "El problema es que yo antes que amigo era rival de los otros All Star y salía a demostrar muchas cosas en ese partido. Ahora nadie tiene interés en poner las cosas en su sitio", sentencia Charles Barkley.