¿Por qué no se utiliza el ojo de halcón en la tierra batida?
Los torneos sobre arcilla nunca han querido utilizar esta tecnología, aunque hay otras alternativas que sí se emplean.
La tecnología cada vez está más asentada en el deporte y solo hay que ver cómo partidos en la Premier League son decididos por el reloj del árbitro, que marca si una pelota ha cruzado o no la línea de gol, o cómo el VAR es objeto de discusión cada jornada en LaLiga española.
Sin embargo, el tenis es uno de los que más se resiste a cambiar y en el que las nuevas tecnologías lo tienen más complicado para reemplazar a la estética actual.
CASI 20 AÑOS DE OJO DE HALCÓN
Desde que el ojo de halcón empezara a introducirse en 2005, no son muchos los cambios tecnológicos que se han añadido al tenis. De hecho, si no fuera por la pandemia, no habría muchos más y es que desde el covid, muchos torneos optaron por sustituir a los jueces de línea por un sistema de ojo de halcón en directo que 'canta' los puntos de forma automática y sin fallo.
Esto, no obstante, no ocurre en la gira de tierra batida, donde lo más habitual es que sean los jueces de línea y de silla los que decidan si el bote ha sido buen o malo. ¿Podría usarse el ojo de halcón de toda la vida en la arcilla? Sí, pero el hecho de que la pelota deje marca en la tierra es motivo suficiente para que el tenis haya dicho no a la tecnología.
Este sistema no es perfecto y durante las diez semanas que dura la gira de arcilla europea es tradición que los tenistas discutan con el juez de silla mientras miran una marca de una pelota en la superficie naranja.
TECNOLOGÍA 'MADE IN SPAIN'
A medio camino entre estas dos soluciones está el 'Foxtenn', una tecnología española que busca reemplazar al ojo de halcón y que se encarga de mostrar en los videomarcadores el bote exacto de la pelota. El objetivo es reducir el margen de error y, sobre todo, evitar discrepancias con el ojo de halcón, cuya efectividad a veces está en entredicho.
Esta tecnología, de origen español, se utiliza en el Conde de Godó, en Barcelona, y también en el Masters 1.000 de Madrid, así como en otros torneos del calendario, no solo en tierra batida; pero aún no ha sido aceptada por los grandes como Roland Garros.
Quizás hasta que no haya un error grave por parte de un juez de silla en un partido importante, el tenis no gire su rumbo completamente hasta aceptar las nuevas tecnologías.